Llevo un millón de cicatrices
grabadas en el pecho.
Cicatrices con tu historia,
nuestra historia.
Con todas las palabras que dijiste,
y todas las que faltaron.
Con todas tus promesas
y todas tus mentiras.
Con los miles que sitios
que no nos llegaron a ver felices.
Cicatrices que lloran cuando piensan
en lo que pudo ser y jamás fue.
Cicatrices que cada día quieren curarse,
pero se abren,
porque piensan que de tanto sangrar
dejarán de hacerlo.
Cicatrices que están hartas de existir por ti,
y que cada día te olvidan un poco,
porque un poco es más que nada
y algún día ese poco lo será todo y desaparecerán.
Y lo saben.