viernes, 22 de marzo de 2013

El chico de la camiseta de Los Ramones

Cuando entré en aquel bar 
bien podrían haber estado mil personas,
o haber estado tú solo. 
Da igual.
Para mi siempre fue la segunda opción,
tal vez porque no pude ver a nadie más
contigo delante.
Ojos oscuros, casi negros,
de esos en los que podrías perderte.
Y el pelo con un tono claro,
jugando con un contraste rebelde
con la oscuridad de tu ropa.
Lo primero en lo que me fije de ti
fue en tu ropa.
Lo reconozco.
Pantalones negros caídos,
desafiando a la gravedad
en cada movimiento.
Y camiseta de Los Ramones,
con la cual me pregunté
si serías un fan
o sólo uno más que la lleva por moda.
Pero la verdad 
es que no me importó entonces,
ni me importa ahora.
Estabas ahí, tranquilo,
como si nada te importase,
bebiéndote una cerveza.
Y nuestras miradas se encontraron.
Me mostraste tu sonrisa,
esa en la cual salían un par de hoyuelos
y no pude quitar mi mirada de ellos.
Te acercaste y me dijiste tu nombre,
hablamos durante horas
como dos viejos amigos.
Nos contamos todo y nada,
y me hiciste reír.
Creo que como nadie
lo ha hecho nunca.
Ahí comenzó todo,
pero como todo,
el final llegó.
Aun así,
nunca pude ni podré olvidar,
al chico de la camiseta de Los Ramones. 

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