Podemos subir a la Luna
cualquier noche de verano
sin más ayuda que la de nuestras manos.
Podemos caer en un bucle infinito
de sonrisas cómplices
y sueños que aún están por descubrir.
Podemos perdernos por Madrid,
crear calles que nunca han sido pisadas,
ser guías de nuestro propio destino.
Podemos arrancarle la sonrisa
a cualquier Lunes por la mañana
y minimizar la magia de los Sábados.
Podemos reírnos de la vida,
partirnos la cara con el karma,
vivir cada instante como si fuera el último.
Podemos salir a comernos la noche,
bailar hasta perder el sentido
y encontrarlo en nuestra mirada.
Podemos, porque juntos podemos con todo.
Podemos, porque juntos no hay nada que nos pare.
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