Miras a un lado y al otro. Y no lo entiendes.
No sabes qué haces en éste lugar, con ésta gente.
No sabes en qué momento llegaste a éste punto.
Y no te gusta, te sientes perdido.
No es tu sitio, no es tu mundo.
Pero de repente, sin saber cómo ni cuándo,
aparece una persona que le da sentido a todo.
Como una luz que te guía
y te muestra el lado brillante de cada instante.
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