Cuando crees que todo ha pasado,
vuelves a caer en la misma espiral.
Y entonces sabes que no lo has superado.
Porque superar es que ya no duela,
es que ese tema ya no te importe.
Y si duele, importa.
Y vuelves al mismo bucle de siempre,
vuelves a caer en el mismo pozo infinito.
Vuelven las dudas, los complejos.
Retomas el odio al espejo,
al mundo entero.
A ti mismo.
Hacer ejercicio hasta que duela,
hasta caer exhausto.
Los números de la báscula disminuyen
y la sonrisa aumenta.
Y vuelven los engaños.
El decir que comes fuera
para no dar explicaciones a nadie.
El esconderse,
el bajar la mirada.
El sonreír ante todo
mientras lloras por dentro.
Y mientras todo se derrumba en tu cabeza,
al otro lado de la ventana la gente vive.
Pero ésta vez todo es diferente,
ésta vez no va a ser lo mismo.
No puede ser lo mismo.
Ésta vez toca agarrarse a la alegría de fuera,
empaparse de sonrisas.
Ésta vez toca salir a flote,
ésta vez toca nadar hacia arriba
y tapar el pozo de una vez por todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario